Valle de los Ingenios

Los historiadores creen que en el apogeo del auge del azúcar durante los siglos XVIII y XIX, más de 50 ingenios azucareros estaban en funcionamiento en los valles de San Luis, Santa Rosa y Meyer en el centro-sur de Cuba.

Ubicado en Trinidad, Cuba, El Valle de los Ingenios es un sitio oficial del Patrimonio Mundial de la UNESCO, que promueve el avance en los esfuerzos de restauración y conservación para preservar la historia de la esclavitud en Cuba. Una historia empañada por la esclavitud masiva que se produjo una vez que comenzaron a aumentar las plantaciones de caña de azúcar. Poderosas familias como los Fanjul dominaron la industria de la caña de azúcar en Cuba con mano de hierro y construyeron un imperio.

Las autoridades cubanas de conservación en Trinidad, instan fuertemente a los visitantes a interactuar con estos valles y estructuras y adquirir conocimientos sobre el ajetreo del azúcar que trajo riquezas y tragedias a la región. Se cree que en ese momento, más de 11,000 africanos esclavizados, junto con indígenas debilitados, fueron traídos a Cuba desde islas vecinas.

Manaca Iznaga

Derivando su nombre del término indígena de la propiedad, 'manacanacu', y el apellido 'Iznaga' del prominente propietario Pedro J. Iznaga, la historia de Manaca-Iznaga es de gran importancia histórica y cultural. La arquitectura colonial de la residencia principal y la torre del campanario, la Casa Hacienda y la Torre Vigía de 45 metros de altura, ofrecen a los visitantes una visión de la prosperidad que esta plantación de azúcar alcanzó en el siglo XIX.

Contrastando su esplendor están los restos de las chozas de esclavos que se encuentran separadas de la hacienda, pero lo suficientemente cerca como para que los capataces pudieran vigilar desde el mismo bello campanario que se erige hoy. Las viviendas de los esclavos estaban acompañadas por patios traseros donde se registró que vivían 231 personas esclavizadas, y criaban aves de corral y ganado para alimentarse.

La Torre Vigía aún conserva una escalera de madera para los visitantes que deseen obtener la mejor vista de Manaca Iznaga.

Hacienda Guachinango

Aunque no era un productor de azúcar, Guachinango fue una importante hacienda ganadera de finales del siglo XVII que abastecía a todo el Valle de los Ingenios. Desde su reconstrucción en 1989, la hacienda fue renovada para abrir sus puertas a visitantes curiosos con la oportunidad de montar a caballo por senderos pintorescos, interactuar con reliquias y disfrutar de una típica comida casera cubana. Si tienes tiempo de sobra, el río Ay está esperando cerca para los viajeros aventureros que quieran darse un chapuzón.

Guáimaro

El ingenio azucarero más arquitectónicamente interesante, Ingenio Guáimaro, ostenta una fachada colonial con una ilustre decoración interior de estilo victoriano. Las paredes interiores están adornadas con elegantes bordes - cada uno con un mural enmarcado del paisaje circundante del ingenio.

Guáimaro también fue el mayor productor de caña de azúcar en el valle - rompiendo el récord mundial en 1827 con 8,200 cargas de azúcar. Aunque fue un logro considerable, se llevó a cabo a expensas de un cruel e inhumano trabajo esclavo que costó muchas vidas.

Este sitio es ahora un museo, El Museo de Azúcar, donde se cuenta la historia de la zona como parte de un recorrido por el Valle de los Ingenios.

San Isidro de los Destiladeros

Similar en diseño a Manaca-Iznaga, San Isidro de los Destiladeros tenía una casa de estilo colonial, barracones y una torre del campanario que ahora yacen en una serie de ruinas.

La torre de tres pisos fue construida en un estilo neoclásico con características renacentistas. Cerca se encuentran los restos de un ingenioso sistema hidráulico de agua y lo que se conocía como un Tren Jamaicano: una línea de grandes calderas llenas de ladrillos utilizadas para revolver el jugo de caña de azúcar hirviendo para su procesamiento. A menudo, los trabajadores esclavizados morían a causa de graves quemaduras provocadas por el líquido azucarado caliente que se derramaba al ser revuelto en estas grandes ollas.

Si viajas desde La Habana, la forma más fácil de llegar a la ciudad de Trinidad es en autobús con los servicios de Viazul o en coche, lo cual toma aproximadamente 4 horas. También puedes consultar vuelos nacionales con la aerolínea Cubana.

Ahora bien, una vez que llegues a Trinidad, Cuba, tendrás que abordar el tren turístico a las 9:30 a.m. en la estación central. El tren que solía transportar caña de azúcar ahora te llevará a través del Valle de los Ingenios hasta el Ingenio Guáimaro. El recorrido dura aproximadamente 5 horas, pero el hermoso paisaje y las paradas históricas harán que desees que tardara 10 horas en llegar.

Escrito por Lenna Escobar.

Publicado en Diciembre 2022.